El cielo contemplaba también, un canto al viento. Imagen de la vida con fulgor sugestivo, que fue fruto perdido de un pensar intensivo, y tuvo por momentos, el hechizo de un cuento.
Ilusión codiciada, que excitó atrevimiento, cuajada de hermosuras de fingido atractivo, colosal apariencia que nos tiene cautivos , su macabro destino nos provoca un lamento.
Natura quedó henchida de sucesos cruciales, clamando dolorida por una historia muerta a lo hondo sepultada en mustios funerales.
El alba enrarecida del oriente despierta. Acusa en sus matices mil augurios fatales que hacen brotar del alma, un vigoroso alerta.
Nelson
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