Ya casi llegaba al mes el acoso de aquel tiburón, que una noche apareció y comenzó a rodear el barco, al mismo tiempo se fueron sumando otros y otros que nadando en círculo lograron detener la nave. Los tripulantes ya comenzaban a impacientarse, las provisiones a escasear y la pregunta sin respuesta: ¿por qué impedían el movimiento? Por uno que lograban eliminar aparecían dos o tres escualos más, que se sumaban a la ira del primero: ¿Por qué un león tallado en el bauprés?, ese es el rey de la selva.
Buena pregunta. Cada rey es rey en su territorio y un león en el mar es fácil presa de los escualos. Cuántos hay que pretenden dominar territorios ajenos extendiendo su espada plena de ardides sin tener en cuenta los escualos.
Excelente corto Omar. Fíjate tú que el terminar de leerlo le he sacado el símil de los políticos. Por cada uno que se elimina por las urnas, aparecen tres más. A lo mejor la moraleja no es la que ocasionó tu escrito. Un abrazo.
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