La tarde prende de oro el pueblecillo asentado a los pies del Llobregat; en el valle, esparcidos, pueblecitos, bajo la mole gris de Monserrat. El río va regando todo el valle entre cerros y alcores luminosos; las montañas azules en el fondo, muestran calvas sus cimas a la tarde. Este pueblo tan bello y encendido, Monistrol, a los pies del viejo río.